Fuente: Lavoz.com
Autor: R. Romar
Fecha de publicación:28/10/2008
El dispositivo, que ya ha sido probado en animales, podría trasplantarse a humanos en dos años
La prótesis, diseñada por cirujanos franceses y el gigante aeronáutico EADS, evita la formación de coágulos
Una bomba de titanio. El primer corazón mecánico, implantado en el 2001, consiste en una bomba de titanio y plástico recargada con baterías. Hoy en día ya se están implantando en el paciente con carácter permanente.
Imita al natural. El nuevo corazón resuelve los dos principales problemas a los que hasta ahora se habían enfrentado las prótesis cardíacas artificiales: la formación de coágulos y un funcionamiento similar al órgano natural.
Es como una pequeña cáscara ovoide de material sintético recubierta de biomateriales que palpita a un ritmo de noventa pulsaciones por minuto durante las veinticuatro horas del día. Pero no es un corazón natural, es el primero totalmente artificial que, a diferencia de los mecánicos al uso, evita la coagulación de la sangre y regula los fluidos de forma automática. Después de quince años de trabajo y de una alianza secreta entre el cirujano francés Alain Carpentier -el pionero en el desarrollo de una bioprótesis valvular a partir de tejidos de cerdo que puede reemplazar la válvula cardíaca- y el gigante europeo de la aeronáutica y la microelectrónica armamentística EADS, el primer corazón artificial elaborado con material orgánico y que imita el funcionamiento del natural es ya una realidad, aunque hasta dentro de dos años y medio no será probado en humanos.
El prototipo, presentado ayer en París y que será fabricado de forma industrial por la empresa gala Carmat, está fabricado a partir de tejidos animales tratados químicamente para evitar el rechazo inmunológico, en especial la coagulación de la sangre en contacto con un cuerpo extraño, el principal problema de los corazones mecánicos que están en el mercado desde hace años y que suelen estar fabricados de titanio.
La nueva prótesis biológica reproduce la fisiología de un corazón natural, con los mismos fluidos sanguíneos y la misma hemodinámica (las corrientes de circulación de la sangre en el órgano).
Tecnología militar
El dispositivo está dotado de captores electrónicos que han permitido su miniaturización y que han sido desarrollados a partir de la misma tecnología empleada en la fabricación de misiles. También cuenta con un complejo sistema electromecánico que detecta la posición en la que se encuentra el paciente, de pie, sentado o tumbado, además de la presión venosa y arterial ligada a su actividad, por lo que adapta la frecuencia cardíaca y el fluido a las diferentes situaciones. «La idea es que el paciente que lleve este corazón pueda incluso correr sin tener que preocuparse de regular la prótesis», explicó ayer en la presentación su creador, Alain Carpentier, director del laboratorio de trasplantes y prótesis cardíacas del hospital Georges Pompidou. La prótesis ha sido probada con éxito mediante simulaciones numéricas y en animales como terneros y corderos.
Falta, sin embargo, ensayarlo en humanos, lo que, según Carpentier, será posible «de aquí a dos años y medio». «Después de quince años de trabajo -explicó- hoy se ha pasado de la investigación pura a la aplicación clínica. El corazón artificial está preparado, ahora hace falta fabricarlo industrialmente para que pueda ser utilizado por el hombre». El proyecto, mantenido todo este tiempo en secreto, fue financiado con 55 millones de euros.